2014-07-31

Artículo: ¿A quién le toca?

En una amena charla, Alberto me decía que Paraguay está al nivel de cualquier país de primer mundo en algunas cosas. Si uno visita algunos restaurantes, shoppings, casas y edificios, la sofisticación, el buen gusto, la propuesta, la actualización tecnológica de los buenos lugares son muy parecidos a los de las grandes ciudades, pero al salir está todo roto, sucio, lleno de pozos y desordenado. Algo similar sucede con el agro, donde la tecnología y productividad paraguaya son de clase mundial y nos ubican entre los mayores y mejores productores del mundo, pero los caminos, las rutas, puentes, acceso a los puertos, son insuficientes, están mal mantenidos, no facilitan la circulación, o no existen, y es ahí donde se nota que vivimos en un país no desarrollado. Es en la parte pública, ese famoso bien común, donde falta el desarrollo.
 
En el foro del Círculo de Montevideo que se llevó a cabo en Asunción la semana pasada, con la presencia de varios ex presidentes y expertos internacionales, una expresión del ex presidente brasileño José Henrique Cardozo le dio el marco ideal a la observación de mi amigo Alberto.

José Henrique Cardozo dijo que la competitividad de un país no es lo que logran las empresas o las personas, sino lo que logra el país como un todo. A eso le llamó la competitividad global de un país y aseguró que sin estándares internacionales en lo público, lo privado por más competitividad en precios, calidad o variedad, no logrará participar del mercado global y las oportunidades de manera sostenida. Los compradores internacionales no tratan solo con las empresas y las personas, en realidad tratan con todo un país y deciden continuar comprando si este les brinda seguridad, y no hablamos de la seguridad jurídica tan importante también, sino de la certidumbre de que los tratos, acuerdos y contratos se van a poder cumplir porque las condiciones generales lo permiten.
 
Por ejemplo, ¿cuál será la impresión de los inversores interesados en las oportunidades inmobiliarias en la ciudad de Asunción al ver las calles y veredas rotas y sucias, el caótico tránsito, el aspecto pueblerino del centro histórico, el desastroso manejo de la basura urbana? ¿De qué servirá el excepcional nivel de calidad de los productos agropecuarios si no podemos cumplir las fechas de entrega por las dificultades que plantea la falta de dragado de los ríos?

Pero, ¿a quién le toca esta tarea?
 
Quienes con empeño y liderazgo construyen bolsones de excelencia en nuestro país tendrán que volverse también líderes en el involucramiento en la cosa pública porque es ahí donde se desarrollan las demás condiciones de la competitividad global que tanto les afectan.

Patricia dos Santos

Artículo publicado por la ADEC en el Diario Última Hora.